Un poema de Leopoldo María Panero:
No se trata de rencor sino de odio
Nada hay tan puro como el odio
que vierte esta fuente como dorada bilis
y en donde hay miles de flores saliendo de la enredadera
cruel de la nada, miles
de temblorosas lilas
como mil mentiras.
Yo soy alguien que miente en la tarde
rubí en los ojos del sapo
y espera que forma la cacería
de ciervos en la noche.
Porque lo que soy yo solo lo sabe el verso
que va a morir en tus labios
como el relincho que da fin a la caza.
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