martes, 21 de julio de 2009

Clavos



Hay clavos entre tú y yo,
y siempre habrán clavos, queramos o no.
Quedarán clavos en nuestra pared,
y al andar, clavos marcan nuestros pies.
Y tendrá clavos nuestro despertar.
Clavará clavos tu inseguridad.
Yo te doy clavos aún, y sin querer...
lloverán clavos desde el cielo azul.
Brotarán clavos en mi suelo, y tú
pintarás clavos en tu bastidor,
y entrarán clavos en nuestra habitación.
Y también
hay flores que al florecer
dan color, y al brillar
iluminan todo tan fuerte
que olvidas que hay clavos.
Hay clavos que apenas se ven,
y también clavos dentro del pastel.
Sé que hay clavos grandes como el sol.
Dicen que hay clavos que te hacen un favor.
Y también
hay quien te ayuda a soñar,
y hay quien te ayuda a creer
que hay flores que al florecer
dan color, y al brillar
iluminan todo tan fuerte
que aprendes que también
hay intención y emoción
tras gestos amables, cercanos,
sencillos, humanos.
Hay clavos queramos o no.
Hay clavos entre tú y yo.
Hay clavos bajo nuestros pies.
Hay clavos puestos del revés.

Shuarma


1 comentario:

Anónimo dijo...

Es duro el sendero de la Realidad
y de las verdades constantes;
tan plagado de desamores, cardos y espinillas de olvido
y desazón.
Duro,
muy duro y doloroso.
Quizá triste, desperdiciado...
como los botones de mayo que mueren, sin abrir
en el invierno.
Y tan intensamente solitario
que la angustia misma se le clava a uno por los poros
y le obliga a suspirar,
a subsistir a base de ilusiones, sueños y luces esparcidas
por el universo oscuro del Destierro.

Fda.P.