viernes, 2 de enero de 2009

Quiero morir como pollock...


Dejo un reportaje sobre Jackson Pollock (para los que no saben quien es) y un hermosisimo poema que escribí hace algunas semanas el cual no pensaba publicar nunca aquí, pero quiero compartir lo que pienso y siento.

reportaje.

El artista Jackson Pollock (1912-1956) pintaba sus cuadros sin tocarlos. Jack the Dripper (algo así como Jack el goteador) dejaba gotear la pintura de un pincel casi seco sobre el lienzo clavado sobre el suelo. O hacía un agujero en un envase de pintura y lo revoleaba sobre el cuadro. También salpicaba, embadurnaba, manchaba y sacudía, mezclaba arena y restos de vidrio, y finalmente desgarraba y pisoteaba el resultado.

Cada uno de esos arrebatos valen hoy millones de dólares. Cincuenta años después de su muerte, a raíz de un accidente ocurrido el 11 de agosto de 1956, Pollock es considerado uno de los pintores más relevantes de Estados Unidos en el siglo XX.

Seguramente eso tiene que ver con el hecho de que cumple con todos los clichés del genio loco: sólo fue realmente productivo y bueno durante cinco años, entre 1946 y 1951, y de esa época destaca 1949, cuando tuvo bajo control su alcoholismo.

La mayoría del tiempo estaba ebrio o bloqueado. Su fuerza creativa se descargaba a empellones. Cuando una vez recibió un encargo de la mecenas Peggy Guggenheim, para crear un mural, comenzó a trabajar 15 horas antes de que se venciera el plazo de entrega. Y creó una de sus obras más brillantes.

Pollock fue descubierto y valorado ya durante su corta vida, a pesar de que hacía todo lo posible por asustar a quienes lo querían ayudar. Cuando estaba sobrio era un hombre reservado y silencioso. Tras dos copas, se volvía insoportable. Entonces, derribaba mesas, destruía cuadros de otros pintores, orinaba en la chimenea de Guggenheim, rompía instalaciones, se peleaba o amenazaba a su cuñada con decapitarla.

Una vez que pasó por el diván de un sicoanalista, comenzó a interpretar su arte como expresión de luchas inconscientes.

Hasta los años 90, los biógrafos atribuían la técnica de goteo desarrollada por el artista a un complejo de inferioridad con respecto a su padre.

Pollock tuvo la suerte de tener una mujer que aguantó con paciencia sus excesos hasta poco antes de su muerte.

Lee Krasner (1908-1984) también era artista, pero dejó su trabajo en un segundo plano y buscaba galerías para Pollock. También fue ella la que en 1945 lo convenció para mudarse al campo, a Long Island, lejos de las tentaciones de la gran ciudad y podía trabajar en una bodega cerrada.

En 1950, un fotógrafo convenció a Pollock para que se dejase fotografiar trabajando a cielo abierto. Eso le generó tanta repugnancia que esa misma noche volvió a la bebida tras dos años de abstinencia.

Desde entonces, todo fue cuesta abajo. En 1952 prácticamente abandonó la pintura. En 1956 conducía ebrio y causó el accidente que le costó la vida a él y a su acompañante. Tenía 44 años.

PoEmA


                             Quiero morir como Pollock


Muere el hombre sobre el lienzo

Sobre el papel

Sobre la rubrica

Sobre tu imagen muerta

 en mi memoria

Yo fui tú

Yo morí contigo

Y así me veo

Como Pollock 

     Buscando la muerte...


No hay comentarios: